La tradición de intercambiar los anillos de boda
Estos se intercambian durante la celebración de los votos y es el símbolo del amor eterno.
El anillo de bodas es la prueba evidente de la unión matrimonial.
Pero vamos a empezar desde el principio: en la época romana, sólo el hombre llevaba un anillo después de la boda, pero en el siglo XVI nació la costumbre del intercambio de los anillos de boda para ambos cónyuges, y en seguida la de intercambiarlos durante la ceremonia.
Además la tradición de grabar dentro de los anillos fechas, nombres o frases importantes, nació en 1700.
Su forma perfectamente circular simboliza la perfección y la unión: la unión de dos personas que en conjunto se convierten en uno.
El material del que están hechas generalmente es el oro, un material indestructible que, especialmente en la cultura cristiana, es símbolo de la eternidad.
Los anillos de boda se ponen generalmente en el dedo anular izquierdo: esta tradición tiene sus orígenes en la época de los egipcios, que pensaban que a partir de ese dedo pasaba una vena que iba directamente al corazón.
En la tradición cristiana, en cambio, el dedo anular izquierdo es el dedo que es tocado por el sacerdote después de los tres primeros con la invocación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Además una explicación más científica es que el dedo anular es el dedo que por primero se forma en el bebé en el vientre.
Pero la explicación que más nos gusta es la que deriva de una antigua leyenda china.
Según esta leyenda, cada dedo simboliza un afecto de nuestras vidas:
El pulgar representa los padres;
el índice son los hermanos y hermanas;
el promedio simboliza a sí mismos;
el dedo anular es la persona amada;
el dedo meñique son los niños.
Trata ahora de juntar las manos, dedos contra dedos y luego trata de separarlos.
El único que no se puede separar será el anular. Esto porqué, a diferencia de los otros afectos, padres, hermanos e hijos que un día se irán por sus camino, la persona amada siempre estará a nuestro lado!
Vive l’amour!
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